Cuando se nos sugiere la redacción de un artículo relacionado con esta temática tenemos claro que el mismo no pretenderá volver a revisar los aspectos más habituales y conocidos por criadores, adiestradores y cazadores experimentados. Nada que ver con los tests de selección conocidos con los que pueda valorarse el carácter y potencial de los cachorros de una camada, ni con buscar el cachorro más descarado, de mejor aspecto o de mayor talla, pues todos estos aspectos se puede afirmar que son comunes a la mayoría de las razas de perros de caza. Nos vamos a centrar pues, en aspectos específicos relacionados con el Braco de Weimar que nos van a facilitar la selección de nuestro futuro auxiliar para la caza menor en nuestros acotados.
En la mayoría de los casos y por fortuna, dado el carácter minoritario de la raza, el cazador y aficionado a la caza menor con perro de muestra que aspira a ser propietario de un Braco de Weimar sabe lo que busca y raramente lo adquiere por casualidad. Y cuando lo hace, ha superado previamente ese proceso de información y documentación determinantes para respaldar la decisión final que supone adquirir un perro de excelentes prestaciones para la caza como es el Braco de Weimar.
Este cazador, por tanto, ya conocerá que el origen de esta raza es realmente antiguo y se ha conservado prácticamente puro e inalterable con el paso del tiempo. Según una de las versiones más extendidas acerca de su origen, este estaría vinculado a la figura del Gran Duque Carlos Augusto (1757-1828) y su relación con la alta aristocracia alemana. Se cuenta que entre estos destacados nobles y señores la posesión de estos perros estaba fuertemente restringida a una élite muy selecta, y más aún, fue norma obligada entre ellos preservar en secreto el origen de la raza para que se mantuviera única y exclusivamente en la corte de Weimar, capital del principado alemán de Turingia.
No obrar a la ligera.
Afortunadamente para este cazador el tiempo ha pasado y hoy tiene la libre opción de adquirir un magnífico ejemplar con el que satisfacer sus expectativas venatorias, incluso en España. Eso sí, siempre que se adopten unas precauciones básicas, pues desde ya hay que saber, y a pesar de las enormes posibilidades que nos brinda hoy Internet, que no es recomendable decantarse por cualquier oferta por tentadora que sea sin antes contrastar lo que se nos ofrece realmente.
Y es que el Braco de Weimar tampoco ha podido escapar al oportunismo y desaprensión de algunos que quieren ver en esta raza un filón que no existe. Esa actitud ha sido precisamente la que ha ocasionado grandes daños en la selección de ejemplares tras la imposición de modas caprichosas tanto en Europa como Estados Unidos. Y nos guste o no reconocerlo, ejemplares no aptos para la caza e incluso con defectos morfológicos descalificantes en cualquier concurso de belleza, también han llegado a nuestro país. Es por este motivo que deberemos evitar seleccionar a este tipo de ejemplares y por lo que proponemos se valoren una serie de aspectos previos a la adquisición de un correcto Braco de Weimar de acuerdo a su estándar morfológico y de trabajo.
Además del microchip que identificará siempre al animal y el correspondiente pedigreé o certificado de inscripción en el libro de orígenes español o, en su caso, del país de procedencia y su correspondiente pasaporte es necesario algún documento más. Al igual que con otras razas de perros de caza es recomendable también interesarse por si existen antecedentes entre las líneas parentales sobre hernias umbilicales, epilepsia u otro tipo de afecciones que puedan ser transmitidas genéticamente.
A cada nuevo cachorro o individuo adulto debería acompañarle, además, la cartilla veterinaria que acredite la ejecución adecuada del programa de vacunaciones-desparasitaciones y prueba certificada y reconocida del grado de displasia de los progenitores si es que lo hay. Si además se conocen méritos en competición y belleza de los progenitores se puede solicitar una copia de la documentación que lo acredita.
En el caso de perros adultos deberemos asesorarnos para identificar in situ defectos descalificantes referentes a la talla, cráneo, proporciones generales, angulaciones, aplomos, apoyos, así como defectos en ojos, genitales, dentadura y capa del animal entre otros. En cambio, y dado que en el caso de un cachorro aún no es posible observar defectos congénitos que definan la futura morfología del animal, el comprador habrá de recibir las garantías suficientes de que en el futuro no aparecerán los defectos antes mencionados. Este conjunto de garantías y especificaciones así como las diferentes compensaciones que en su caso deban ejecutarse, deben quedar plasmadas en un contrato de compraventa entre el criador y cliente, lo cual hay que decir que no es siempre habitual pues en ocasiones estos tratos se cierran a la antigua usanza con un apretón de manos. En ese caso estamos en manos de la profesionalidad y seriedad del criador para esperar una solución satisfactoria a un problema que pueda surgir. De ahí la importancia de que el criador al que vamos a comprarle un animal, sea cual sea la raza con la que trabaja, sea un profesional reconocido y bien referenciado en su ámbito y que cuenta con la experiencia, los medios y las instalaciones adecuadas. Por tanto, es recomendable que exista la figura del contrato, especialmente si se trata de operaciones de importación desde el extranjero, donde la relación con el criadero de origen es aún mucho más impersonal.
Siguiendo estas premisas en la línea de selección de ejemplares correctos, desde la Asociación Española para la cría y selección del Braco de Weimar – AEBW- se está promoviendo el reconocimiento del Apto de Cría para todos aquellos ejemplares que acrediten superar una Prueba de Aptitudes Naturales organizada por cualquier club o federación, puedan obtener una calificación mínima de Muy Bueno en concurso morfológico organizado por la AEBW, y que acrediten un grado de displasia en Grado C como máximo mediante certificado por AVEPA. Con ello se pretende obtener ejemplares morfológicamente correctos dentro del estándar de la raza y que mantengan intactas sus fantásticas aptitudes naturales para lo que esta raza fue concebida; la caza.
Líneas de trabajo. Caza y competición.
Hoy día en España encontrar perros de competición contrastados procedentes de criaderos españoles es algo muy rápido de solucionar, porque sencillamente tenemos casos muy contados. Cabe aquí introducir la estupenda contribución de nuestro amigo y Vicepresidente de la AEBW Javier Caballero Alamillos, que con su imponente macho Bello de Bertonata desde el 2008 ha sumado en la modalidad de San Huberto tres campeonatos de Tarragona, dos subcampeonatos de Cataluña, un quinto clasificado en el Campeonato de España en el 2009, un Subcampeonato de la Copa de España en el mismo año también en esta modalidad con perdiz salvaje (1ª vez que se celebra en España un San Huberto con caza salvaje), y semifinalista nuevamente en el Campeonato de España en el 2010.
Por tanto, aunque algunos estamos trabajando para fomentar la participación de estos perros en el calendario de pruebas de cada año, todavía no se confeccionan con regularidad baterías en las que la presencia de estos “grises” sea patente de forma fehaciente. De esto deriva por tanto la dificultad de encontrar cachorros hijos de ejemplares con méritos en pruebas de trabajo. Sin embargo, sí que se pueden encontrar magníficos ejemplares para la caza, “a toda prueba” como suele decirse, hijos y nietos de grandes cazadores, perros que debemos previamente probar si ya son jóvenes o adultos, o bien solicitar ver en acción a los progenitores si nuestra decisión va dirigida a adquirir un pequeño cachorro de los mismos.
Si buscamos ese punto añadido y necesario que nos brindaría un perro para competición deberemos saber estudiar muy bien y asesorarnos sobre los posibles ejemplares cazadores intentando detectar su potencial para dichas pruebas de trabajo. De lo contrario, si no encontramos nada que nos satisfaga en todo nuestro territorio, tendríamos que poner la vista por encima de los Pirineos y mirando al resto de Europa, o incluso más allá del Atlántico buscando las costas norteamericanas. Habría que establecer contactos ya en estos países para empezar a buscar líneas contrastadas para pruebas de Field Trial o Pruebas Polivalentes según nuestras futuras intenciones, y confiar en los más de 60 años de experiencia que nos llevan de delantera sobre el concepto más moderno de perro de trabajo.
Así que en este punto se hace del todo necesario dejarnos asesorar por quien pueda conocer con detalle la raza y las distintas líneas que los principales criadores a nivel mundial han ido desarrollando con éxito. Conocer esta raza en profundidad lleva años, literalmente, de estudio y seguimiento de ejemplares y líneas de cría. Y precisamente a eso se han tenido que dedicar los criadores profesionales y aficionados específicos de esta raza, así que no tenemos más remedio que confiar en ellos incluso a pesar de nuestro ego y experiencia sobre perros de muestra….si pensamos que a estos perros es complicado verlos en cuadrillas de cazadores durante la general ya no hablemos de las opciones que en España jueces y competidores han tenido para valorar el rendimiento y aptitudes de los Bracos de Weimar ante la caza. Más bien pocas, seamos sinceros.
Para el que aún no conozca esta raza y desee acercarse a ella, verla en acción y valorar sus prestaciones, pueden contactar con la AEBW y consultar su calendario de pruebas para el presente año. Desde la AEBW se pretende, entre otros, contribuir a la difusión de la raza en España mediante la organización de jornadas de caza, pruebas de trabajo, concursos morfológicos y seminarios formativos para asociados dándole, como no podía ser de otro modo, todo el protagonismo al Braco de Weimar.
Rodrigo Godoy Durbán
Secretario Asociación Española para la cría y selección del Braco de Weimar – AEBW
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www.aebw.org
Este artículo fué publicado en el ejemplar del mes de junio de 2011 de la revista "Perros de Caza".